Charles Dickens. Cumpleaños del gran novelista del siglo XIX inglés
Son ya 206 años desde que el 7 de febrero de 1812 en Portsmouth viera la luzCharles Dickens, quizás el novelista más importante del siglo XIX británico. Sigue siendo también uno de los más grandes escritores de la literatura universal. Así que siempre está bien celebrar su cumpleaños recordando esas frases y fragmentos que todos hemos leído alguna vez.
Dickens (1812-1870) fue casi un personaje de sus novelas. Nacido en la pobreza tuvo un padre problemático y hasta los nueve años no pudo empezar la escuela. Además, trabajó en una fábrica también siendo niño y esas experiencias centraron luego sus libros en la pobreza, la injusticia y el crimen. También luchó por eliminar ese trabajo infantil y por la situación de las mujeres en aquella época.
Escribió 15 novelas, 5 novelas cortas y cientos de relatos cortos y artículosperiodísticos. Su estilo recalca la picaresca, la creatividad lingüística y la sátira, cualidades con las que también retrataba la sociedad victoriana. En su recuerdo vaya este repaso a esa obra y palabras.
«Aparentaba más edad, era ya un hombre en la flor de la vida. Su rostro no mostraba aún los rasgos rígidos y crueles de los últimos años, pero ya empezaban a aparecer las señales de avaricia y preocupación. Tenía una mirada ardiente, codiciosa, intranquila, que delataba la pasión que había enraizado en sus ojos y hacia qué lado caería la sombra del árbol que estaba ya creciendo rozagante».
Historia de dos ciudades
«Eran los mejores tiempos, era los peores tiempos, la edad de la sabiduría, el ciclo de la estupidez, la fase de la creencia, la etapa de la incredulidad, la estación de la Luz, la hora de las Sombras, era la primavera de la esperanza, el invierno de la desesperación, lo teníamos todo por delante, nada había frente a nosotros».
Casa desolada
«La gata se ha retirado hasta la puerta, y está gruñendo; no a ellos, sino a algo que hay en el suelo, delante de la chimenea. Queda muy poco fuego, pero hay un vapor denso y sofocante en la habitación, y una capa grasienta y oscura ennegrece las paredes y el techo. La chaqueta y la gorra del viejo están colgadas en una silla. El cordón rojo que ataba las cartas se encuentra en el suelo, pero no se ve papel alguno, sino sólo una masa negra y desecha en el suelo».
Tiempos difíciles
«Era una ciudad de ladrillo rojo, es decir, de ladrillo que habría sido rojo si el humo y la ceniza se lo hubieran consentido; como no era así, la ciudad tenía un extraño color rojinegro, parecido al que usan los salvajes para embadurnarse la cara. Era una ciudad de máquinas y de altas chimeneas, por las que salían interminables serpientes de humo que no acababan nunca de desenroscarse, a pesar de salir y salir sin interrupción».
Grandes esperanzas
«Aquel fue memorable para mí, porque me hizo cambiar en gran manera. Pero siempre ocurre así en cualquier vida. Imaginémonos que de ella se segrega cualquier día, y piénsese en lo diferente que habría sido el curso de aquella existencia. Es conveniente que el lector haga una pausa al leer esto, y piense por un momento en la larga cadena de hierro o de oro, de espinas o de flores, que jamás le hubiera rodeado a no ser por el primer eslabón que se formó en un día memorable».
David Copperfield
«Si alguien me hubiese dicho entonces que todo aquello era un brillante juego ejecutado en la excitación del momento para distraer su espíritu en un deseo de probar su superioridad y con objeto de conquistar por un momento lo que al siguiente abandonaría; digo que si alguien me hubiese dicho semejante mentira aquella noche, no sé lo que habría sido capaz de hacerle en mi indignación».
Algunas de sus frases
- Nadie que alivie los males de otros es inútil en este mundo.
- Un corazón que ama es la más verdadera de las sabidurías.
- Forjamos las cadenas que llevamos durante nuestra vida.
- Jamás debemos avergonzarnos de nuestras lágrimas.
- Tú apareces en todas las líneas que he leído en mi vida.
- Existen cuerdas en el corazón humano que es mejor que nunca vibren.
- Todo viajero tiene un hogar, un hogar que aprende a amar más durante sus viajes.
- No hay nada en el mundo que sea tan irresistiblemente contagioso como la risa y el buen humor.
- El arrepentimiento es propio de quien peina canas.
- La familia no son solo aquellas personas con las compartimos la sangre, sino también aquellas por las que derramaríamos nuestra sangre.
- Nunca te fíes de la apariencia, sino de la evidencia. No existe mejor norma.
- Ningún arrepentimiento podrá enmendar las oportunidades perdidas en la vida.
- Cuando un hombre sangra por dentro, es peligroso para él, pero cuando ríe para adentro, es presagio de algún mal para otros.
- Ocultar algo a aquellos a los que quiero no está en mi naturaleza. No puedo sellar mis labios allá donde he abierto mi corazón.
- No hay nada tan fuerte ni seguro durante una crisis en la vida como la verdad.
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