10 octubre, 2014

LEYENDAS DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER



Este mes los alumnos-as de 4º Eso van a iniciar la lectura de las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, uno de mis clásicos favoritos. Para comenzar la lectura con algo de información os dejo una biografía del autor. Buen provecho.




Bécquer publicó la mayoría sus leyendas de forma irregular, en formato folletín o novela por entregas, en un margen de 6 años, de 1858 a 1864, en varios periódicos madrileños de la época, como son el gran periódico centrista español El Contemporáneo, en el que ejerció como redactor, o La Crónica de Ambos Mundos y La América. Ese tipo de difusión condicionó en gran manera la temática y el momento de publicación de cada una. El Monte de las Ánimas se publicó poco antes del día de Todos los Santos, Maese Pérez, el organista, en Navidad, y El miserere, en Semana Santa. Además, la publicación de algunos de ellos en varias entregas, como Rayo de Luna, hizo que su estructura variara un poco para mantener la intriga durante todo el relato. Tras su muerte en 1870, sus amigos las publicaron en una edición que incluía las Rimas, que en un principio iban a ser costeadas por uno de los ministros del momento, Luis González Bravo, de Unión Liberal. Con un prólogo de Rodríguez Correa, la obra se editó en dos volúmenes con el título de Rimas y Leyendas, en 1871, para ayudar a la viuda y sus hijos económicamente. http://es.wikipedia.org/wiki/Leyendas_de_B%C3%A9cquer

 

 

                                 LOS OJOS VERDES

 

 

Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título.
     Hoy, que se me ha presentado ocasión, lo he puesto con letras grandes en la primera cuartilla de papel, y luego he dejado a capricho volar la pluma.
     Yo creo que he visto unos ojos como los que he pintado en esta leyenda. No sé si en sueños, pero yo los he visto. De seguro no los podré describir tales cuales ellos eran: luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia que se resbalan sobre las hojas de los árboles después de una tempestad de verano. De todos modos, cuento con la imaginación de mis lectores para hacerme comprender en este que pudiéramos llamar boceto de un cuadro que pintaré algún día........ Gustavo Adolfo Bécquer




BIOGRAFIA
Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla en 1836. Su nombre original era Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, pero el poeta adoptó el segundo apellido paterno, Bécquer (originalmente un nombre flamenco, Becker). Su padre fue un estimable pintor sevillano cuyos antecesores habían emigrado a España en el siglo XVI. El hermano del poeta llegó a ser un reconocido pintor y realizó el retrato más conocido de Gustavo Adolfo .
En 1846 se murió el padre de Bécquer y se ingresó a su hijo en un internado para huérfanos de familias nobles sin recursos económicos. Inició estudios de Náutica que no prosiguió. Durante este período compuso con su amigo Narciso Campillo un drama y una novela. En 1847 se murió la madre de Bécquer y él se fue a vivir con su madrina, quien tenía una biblioteca copiosa de la cual disfrutaba el futuro poeta.
Bécquer se hizo aprendiz de un pintor en 1850 y dos años después continuó sus estudios de pintura en el taller de su tío Joaquín. A los 18 años, en 1854, Bécquer dejó sus estudios de pintura y se trasladó a Madrid. A los 21 años se enfermó de tuberculosis; no recobraría nunca por completo la salud.
Durante gran parte del siglo XIX las páginas literarias de los periódicos y revistas atrajeron a muchos lectores. Bécquer publicó muchos de su escritos en periódicos como El Contemporáneo, El Museo Universal, El Porvenir, La España Artística y Literaria, La Iberia y La Ilustración de Madrid. Para 1858 Bécquer había terminado la quinta entrega de su Historia de los Templos de España. En ese mismo año contrajo una enfermedad grave. Sin embargo, logró publicar "El caudillo de las manos rojas." Conoció a Julia Espín, de quien se enamoró pero ella no le correspondía. Luego amó a Elisa Guillén, quien lo abandonó. Los amores fracasados se ven reflejados en varias composiciones poéticas.
Acuarela de Bárbara Seymour: "La ermita de San Frutos" (reproducida con la autorización de la artista)


En 1859 Bécquer terminó un sainete, Las distracciones. El año después se estrenaron Tal para cual y La cruz del valle, y se publicaron algunas de sus "Rimas." También en 1860 Bécquer comenzó a publicar en El contemporáneo las Cartas literarias a una mujer, dedicadas a otra mujer que no le correspondía. En 1861 Bécquer se casó con Casta Esteban, con quien tuvo dos hijos. Las fracasadas experiencias amorosas del poeta--parece que el matrimonio le proporcionó poca felicidad--le llevaron a escribir algunos de sus versos mas apasionados y hermosos. Las Rimas pueden leerse como la historia de un amor fracasado, desde su inicio hasta el momento en que la arrebatada pasión se convierte en el duro dolor de haber amado.
En los años siguientes Bécquer publicó varias de sus rimas y leyendas. Llegó a escribir un total de 86 Rimas--publicadas primero en diversas revistas y luego recopiladas en un manuscrito que se perdió durante la Revolución de 1868.
Bécquer pasó tiempos de gran penuria y nunca logró éxito económico en su vida. En 1864 consiguió un puesto gubernamental como censor de novelas, que ocuparía entre 1864-65 y luego entre 1866-68 y que aliviaría un poco su situación económica. Comenzó a escribir las Cartas desde mi celda en 1864, durante una estancia de reposo en el monasterio de Veruela, donde el poeta se había refugiado para reponerse después de otro ataque de tuberculosis.

La Abadía de Veruela, del Siglo XII,
un "espacio becqueriano"
El matrimonio de Bécquer fracasó en 1868 cuando el poeta se enteró de la infidelidad de su esposa. Acompañado de sus dos hijos, fue a Toledo a vivir con su hermano. El poeta llegó a ser director de la Ilustración de Madrid en 1870, puesto que ocuparía por poco tiempo. Enfermizo por toda la vida, Gustavo Adolfo Bécquer se murió de la llamada "enfermedad romántica," la tuberculosis, a la edad de 34 años.
Cronológicamente Bécquer pertenece al período posromántico en España en que dominaba el realismo. Su obra, sin embargo, representa una evolución del movimiento romántico en su país. Sus temas predilectos--el amor, la magia, el exotismo, la Edad Media--muestran su entronque con el Romanticismo, pero sus versos carecen del tono rimbombante y del sentimentalismo exagerado generalmente asociados con ese movimiento. En sus 28 "leyendas" se observan varios rasgos románticos, como los temas del amor imposible, la soledad y la miseria, el tono misterioso y el interés en lo sobrenatural, lo exótico y lo costumbrista. El paisaje, que apenas existe en las Rimas, adquiere un énfasis especial en las Leyendas. Pero en ambos géneros, el mundo exterior no existe sino en relación con el alma del autor.
Para Bécquer, el poema era un vehículo mediante el cual se intentaba comunicar una belleza inefable e ideal, como indican sus versos famosísimos "Puede no haber poetas, pero siempre / habrá poesía.".
 
Pero aunque los poetas contemporáneos no apreciaban la poesía simbolista y sumamente subjetiva de Bécquer, ésta influyó notablemente en la obra de muchos de los poetas del siglo XX, como Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Rafael Alberti y Luis Cernuda. Los modernistas del siglo XX vieron en la obra de Bécquer un modelo para su propia poesía. Dámaso Alonso llamó a Bécquer el "primer poeta contemporáneo" de la Generación del 27. http://www.swarthmore.edu/Humanities/mguardi1/espanol_11/becquer.htm


MONUMENTO A BÉCQUER EN SEVILLA



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